Luis Alberto Alonso @ikaro_46
Como “consideraciones políticas” califica el jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Miguel Ángel Mancera, los señalamientos de la dirección perredista que vinculan a parte de su gabinete como agentes electorales en pro del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) mediante programas sociales. Pide pruebas que demuestren las acusaciones y asegura que sólo entonces actuará.
Nunca resultan suficientes para Mancera los señalamientos de corrupción en contra de sus cercanos pese a que éstos vengan de la dirección del partido que lo llevó al puesto que actualmente ostenta.
Dos días después de la jornada electoral del pasado 07 de junio, integrantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) bajo la tutela de su presidente capitalino, Raúl Flores, expusieron a la secretaria de Desarrollo Social (Sedeso), Rosa Icela Rodríguez, como operadora del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador para afianzar la posición electoral de éste mediante la exposición de éste como el fundador de los beneficios sociales que ahora se aplican. Además, personal de la Secretaría de Educación Pública capitalina (Sedu) y de otras dependencias directas del gabinete, fueron incluidas en las acusaciones
No obstante, Mancera Espinosa calificó en conferencia de prensa estos señalamientos como meras “consideraciones políticas” de algunos integrantes del Sol Azteca. Consecuentemente, señaló que “si hay algún servidor público con el nombre que sea o con el cargo que sea que desvía el ejercicio de Gobierno, obviamente actuaremos, pero todo lo demás es un tema de política que tiene que ver con las dirigencias de los partidos”.
Contrario a lo dicho en otras ocasiones, señaló que “(en) todo lo que hubiera evidencia de un mal ejercicio del servicio público, y hubiera evidencia (sic), obviamente es mi competencia”.
Y es que cabe recordar que al darse a conocer el conflicto de interés del extitular de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse), Alfredo Hernández, con la empresa en la que labora su esposa, Mancera aseguraba que en temas de tal índole, son los propios implicados quienes deben explicar su situación a la vez que la Contraloría debe encargarse las investigaciones. Finalmente, horas después se haría oficial la petición de renuncia a Hernández por parte de su jefe directo, Miguel Ángel Mancera.
Si antes el cambio de declaraciones y acciones se mostraba en días u horas después, ésta vez llegó en minutos.
De acuerdo lo vertido por el apartidista titular del GDF, la administración actual evaluará los puntos álgidos de cada integrante del gabinete ampliado conforme al trabajo realizado a fin de explorar la posibilidad de algún cambio.
“Ese es un punto de análisis y obviamente vamos a ir haciendo las evaluaciones y haciendo los ajustes que consideremos necesarios. Todavía nos quedan poco más de tres años para estar trabajando, así que pues en las evaluaciones y en los objetivos hay que ir haciendo los ajustes que se requieran (sic)”, finalizó en cuanto al tema.
Para el recuerdo de las acusaciones perredistas y la defensa implícita con la que el jefe de Gobierno acoge a sus cercanos, en agosto pasado él mismo reconocía la vocación de Andrés Manuel López Obrador por los “viejitos” y señalaba que las prácticas de esta índole no deben ser tachadas de populistas sino como ser reconocidas como necesarias. |