A modo de manifestación en pro de la iniciativa de Miguel Ángel Mancera de elevar el salario mínimo de manera considerable, parte de su gabinete expresó ante los miembros de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que el actual salario mínimo es una manifestación de la pobreza.
En concreto, el coordinador general de Asuntos Internacionales del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Cuauhtémoc Cárdenas, y el secretario de Desarrollo Económico (Sedeco), Salomón Chertorivski, quienes junto al director de la Sede Subregional de la CEPAL en México, Hugo Beteta, así como la coordinadora de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Estela Morales, expusieron la necesidad de abatir la desigualdad.
Ambos funcionarios aseguraron que la Ciudad de México ha sido sede en los últimos años de un crecimiento óptimo en cuanto a programas de carácter social lo mismo que en las políticas de asistencia. Sin embargo, señalan a los índices salariales como un obstáculo representativo al avance de la igualdad en la capital, todo ello a pesar de la petición de más recursos al Gobierno Federal por parte de legisladores locales perredistas.
"Para la capital tiene una relevancia fundamental. Hemos discutido a lo largo de los últimos meses el por qué discutir sobre una variable olvidada en México, una que no es simplemente un precio, sino es un derecho fundamental expresado en la Constitución. Pero, este derecho ha perdido su capacidad de compra en más de 70 por ciento en los últimos 35 años y que hoy el empleo puro y duro de un trabajador de jornada completa en el mercado formal cuando recibe el salario mínimo se ha convertido en un perpetuador de la pobreza y no en la alternativa digna que el trabajo debe representar para salir de la misma", expresó.
En su oportunidad, Hugo Beteta evidenció que -en las ciudades- coexisten las fortunas más grandes de los países, con amplias capas de la población que sobreviven con ingresos muy bajos y acceso precario e insuficiente al goce de derechos sociales básicos.
Precisó que es fundamental retomar la construcción de capacidades de planificación urbana; la regulación del uso del suelo; la provisión de servicios de calidad, especialmente el transporte digno; el combate a la segregación espacial y social; la redistribución por la vía de la inversión de activos públicos y una política de desarrollo económico urbano que combata la precarización laboral y que posibilite una economía del cuidado que atienda a las y los jóvenes. |