Lectura al aire libre, teatro, talleres de pintura, un asalto escénico y una mesa redonda en la que se discutió el carácter de Octavio Paz formaron parte de las actividades que se desarrollaron como como parte de la celebración del Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor.
El día 23 de abril fue elegido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y l Cultura como el Día Mundial del Libro por ser un día simbólico para la literatura universal:
“Ese día en 1616 fallecieron Cervantes, Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega. La fecha también coincide con el nacimiento o la muerte de otros autores prominentes como Maurice Druon, Haldor K.Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla y Manuel Mejía Vallejo.
“Fue natural que la Conferencia General de la UNESCO, celebrada en París en 1995, decidiera rendir un homenaje universal a los libros y autores en esta fecha, alentando a todos, y en particular a los jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y a valorar las irremplazables contribuciones de aquellos quienes han impulsado el progreso social y cultural de la humanidad”, difunde la UNESCO en su sitio de internet.
En este contexto, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México organizó el domingo pasado un evento para toda la familia en el Paseo de las Juventudes Heroicas, en Chapultepec. Los asistentes disfrutaron de gran variedad de actividades culturales como promoción a la lectura, teatro, talleres de pintura y lectura al aire libre.
Entre cuentos de suspenso y microrelatos, Claudio Ledesma trajo desde Argentina sus Cuentos breves para mentes extensas, con una selección de cuentos cortos de distintos autores, entre ellos Secretos de Familia, de Graciela Beatriz Cabal, y El Sexo de los Ángeles, de Mario Benedetti.
Después de una hora de miedo, romance y carcajadas, Ledesma se despidió con El Cantar de los Abuelos, de Vicente Battista, y un fragmento de Los doce cuentos peregrinos, de Gabriel García Márquez, los dos cuentos causaron una ola de aplausos, incluso algunos llegaron a las lagrimas.
Quien también contó cuentos y mantuvo a uno que otro en suspenso fue María Antonieta Córdova, su rechazo a los “profesores regañones y las directoras” y sus relatos de fantasmas y brujas divirtieron a los niños que, acompañados de sus papás, no perdían de vista a la cuenta cuentos.
Entrado el medio día vino el teatro de títeres con los Monigotes y Monifatos a cargo de Israel Delgadillo. No cabía una persona más entre el público, los niños no paraban de reír con la obra de teatro de títeres Salven a Margarita.
Los talleres estuvieron a cargo de Uno, dos, tres por todos mis compañeros y compañeras y contaron con distintas actividades, en las que los niños y jóvenes demostraron sus capacidades artísticas.
A manera de homenaje a Octavio Paz, la Compañía Teatro de Calle de Eduardo Fariaz, realizó un Asalto escénico urbano. Acompañados por un acordeón, los actores caracterizados como personajes de la época de juventud de Octavio Paz, hicieron referencia a varias de sus obras y representaron distintas facetas del escritor.
Siguiendo con los homenajes a Octavio Paz, a las 13:00 horas en la explanada del Palacio de Bellas Artes, se realizó una mesa redonda en la que se discutió sobre el carácter de Paz, su relación con los surrealistas, su rebeldía y su forma de ver a México.
La mesa estuvo conformada por Evodio Escalante, Josué Ramírez y Víctor Manuel Mendiola y fue moderada por el Director del Museo de la Ciudad de México, José María Espinasa. |