Francisco Javier Hernández

En medio de un panorama poco más que incierto, pues desde diversos ámbitos se manifiesta el descontento de la sociedad no sólo por  la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, sino porque se ha puesto al descubierto prácticas de casi esclavitud en perjuicio de miles de jornaleros de San Quintín, Baja California y en otros estados de la República, entramos a la víspera de las elecciones para conformar la Cámara de Diputados y la renovación de nueve gubernaturas—proceso ya en marcha—en una nueva jornada de alta intensidad para todo el país.

A estas alturas, las autoridades del Instituto Nacional Electoral no tienen en claro cómo le va a hacer para llevar a cabo el  proceso electoral en ciernes, pues los tiempos se acaban y la situación de alto riesgo está presente no sólo en el estado de Guerrero, sino también en Oaxaca y Michoacán, porque son en estas entidades donde se tienen, un día sí y otro también, las manifestaciones para que las autoridades del país de una vez por todas clarifiquen que fue lo que realmente ocurrió con los estudiantes desaparecidos.

Y es que los padres de los estudiantes insisten en rechazar la “verdad histórica” sostenida por la Procuraduría General de la República y vemos que a seis meses de los hechos ocurridos, las manifestaciones por estos hechos siguen siendo numerosas pese a las cifras que se manejan en la policía capitalina cuando estos eventos tienen lugar en la capital de la República y en otras entidades del país.

 Es por ello que aún cuando pareciera haber un plan “B” por parte de las autoridades del INE, se ve complicado el panorama para llevar a buen término las elecciones sobre todo en el estado de Guerrero en donde incluso se rechazó la propuesta de Andrés Manuel López Obrador para que los guerrerenses participen en las elecciones y voten por Morena y su candidato a la gubernatura, Amilcar Salazar, a cambio de que los mismos guerrerenses nombren al fiscal de la entidad y al jefe de la policía estatal.

Pero no obstante lo anterior, se suma a la gran deuda histórica que tienen los gobernantes del país con la clase trabajadora, como se puso de manifiesto con el paro de labores de más de 30 mil, de los 80 mil jornaleros del Valle de San Quintín, que denuncian condiciones laborales parecidas a los tiempos del Porfiriato: jornadas extenuantes, salarios misérrimos y falta de seguridad social.

Por si fuera poco, este quizá no sea el único caso de explotación laboral, pues se ha sabido de esta misma situación en campos agrícolas  y rancherías de Guanajuato, Jalisco, Sinaloa, Chihuahua y Tamaulipas en donde miles de jornaleros provenientes principalmente de estados pobres como Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, son explotados y  en donde pareciera no haber autoridades laborales que eviten esta situación, pero sí una gran complicidad entre autoridades y latifundistas –aún cuando se diga que el latifundio ya no existe—e incluso personajes de la política, buena parte de ellos vinculados al PRI y al PAN, partido este último que ahora le ha dado por hablar del “salario digno”.

Mientras tanto, el secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida, presume que se ha homologado el salario mínimo en la zona B y C y ahora se una percepción de poco más de 68 pesos, muy cerca de la que se tiene en la zona A, aunque se ha dejado fuera la propuesta de una verdadera reforma para que el salario se incremente sustancialmente como lo ha propuesto el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Angel Mancera.

Además a este panorama se suma el de la incertidumbre económica por el recorte al presupuesto aprobado para este año de más de 125 mil millones de pesos y que se espera continúe para el 2016, lo que seguramente afectará al empleo y los salarios sobre todo de la clase trabajadora, además de algunos programas sociales que se han implementado como una forma de amortiguar la enorme brecha que se tiene entre una clase y otra.

Y es que el descontento social cunde por distintos rumbos de este país a pesar de anuncios optimistas de parte del sector oficial y su partido que, curiosamente, podría ser beneficiario si la mayoría de la población opta por abstenerse en el proceso comicial que ya está a la vuelta de la esquina.

Además tenemos que la incertidumbre prevalece porque se ve que se imponen los sectores más reaccionarios del país y que incluso se muestra en actos como el despido de la periodista Carmen Aristegui y su equipo de un espacio de la radio que era esencial para que los mexicanos al menos tuviéramos una mejor información que la que se proporciona por la mayoría de los medios que pareciera no tener más que el interés de entretener y no informar de lo que verdaderamente ocurre.

Incluso, para muestra basta saber que cuando en la Cámara de Diputados se discutiría la propuesta para buscarle un espacio a la periodista en algunos medios oficiales, el señor Manlio Fabio Beltrones y sus huestes priistas, junto con algunos del blanquiazul, bloquearon la sesión y la propuesta fue enviada a comisiones en donde no se sabe cuándo se podría discutir.

Entonces ello nos habla de que la situación del país en materia política, económica y social persistirá pese a las promesas que seguramente se repetirán  en algunos estados de la República donde se votará para gobernador y en los 300 distritos federales electorales de donde surgirán los próximos integrantes de una Cámara Baja que podría estar integrada por una mayoría insensible y con falta de responsabilidad social, aunque evidentemente habrá sus excepciones.

SUBIENDO Y BAJANDO (ELEVADOR MEXIQUENSE)

Y SI DE desigualdad hablamos, habría que revisar los datos que recientemente dio a conocer la propia Secretaría del Trabajo en el sentido de que un morelense gana ya más que un mexiquense, y los queretanos y habitantes del Distrito Federal superan en 14 y 34 por ciento, respectivamente el salario promedio que se paga en el estado de México y es que, en términos reales, precisa, el salario en la entidad creció sólo 1.1 por ciento anual en febrero, contra la tasa de 2.7 de Morelos y la de 2.2 por ciento de Tlaxcala…Y ES QUE, según analistas, el estado de México dejó ir la bonanza de su manufactura y economía que tuvo al inicio de la década, y en la que sus vecinos  lo rebasaron salariales a sus habitantes.”Ahora, la economía del estado gobernado por Eruviel Ávila, luce estancada”, precisan…Y ES QUE se puede o no estar de acuerdo con esos datos, pero si le damos un matiz social ahí nos podríamos explicar por qué tantos habitantes del Valle de México realizan diariamente varias horas de viaje de ida y vuelta a la Ciudad de México para cumplir con sus jornadas de trabajo, pues se asegura que en la entidad mexiquense, los empleos son mal pagados…TRASLADÁNDONOS A OTRO ámbito, también tenemos el problema de la inseguridad en donde y a pesar de lo que se diga, prevalece en la mayoría de los municipios de la zona cercana al D.F., como son Ecatepec, Naucalpan, Tlanepantla, Tultitlán, Ciudad Nezahualcóyotl y l Chalco y Valle de Chalco, además de Cuautitlán Izcalli, en donde se han registrado numerosos homicidios y los asaltos a transeúntes y pasajeros de las diversas líneas de transporte son la constante, no obstante además de los operativos policiacos que se anuncian con bombo y platillos…Y COMO TAMBIÉN ya lo hemos registrado en este espacio, habrá comicios en los 125 municipios mexiquenses y se ve que habrá competencias muy parejas en localidades como Huixquilucan, Naucalpan, Talnepantla, donde el PAN y PRD pretenden quitarle la hegemonía al priismo, mientras que en Ecatepec, Nezahualcóyotl y Texcoco,  solo por mencionar algunos, ahí la justa estará entre las izquierdas y quizás el PRI, porque no se ve por donde Acción Nacional pretenda entrar a la contienda en éstas últimas localidades…

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