Agustín Vargas  (*)

Al igual que para 2015, el Gobierno Federal plantea un marco macroeconómico prudente para 2016 ante el complicado escenario de la economía a nivel mundial y cuantifica el ajuste de gasto que será necesario para cumplir con la trayectoria de déficit decreciente, es decir de la deuda que tiene comprometida.        

En específico, proyecta los ingresos del siguiente año utilizando un precio del petróleo de 55 dólares por barril, lo que representa una disminución de 24 dólares con respecto al presupuesto 2015 lo cual significa que, en 2016, se requerirá un ajuste adicional al gasto programable por 135,000 millones de pesos respecto al estimado de cierre para 2015.

Ante la previsión de dicho ajuste, desde enero pasado se empezó a trabajar en la reingeniería del gasto público con una perspectiva de Presupuesto Base Cero, con lo que se busca contener el crecimiento inercial del gasto que se generó en un contexto de altos precios del petróleo registrados en años anteriores.

Entre 2000 y 2013, el gasto corriente creció a una tasa real anual promedio de 5.2%, incrementando su nivel total de 10.9% a 15.2% del PIB.

En la elaboración del Presupuesto de 2016 se analizarán todos los rubros específicos del gasto público, para identificar la flexibilidad de cada uno en términos de las obligaciones jurídicas del Gobierno Federal y llevar a cabo un análisis detallado de los programas presupuestarios y de las unidades administrativas que conforman la Administración Pública Federal que puedan ser sujetas de recorte.

Mediante este ejercicio presupuestario se definirán los montos específicos de ajuste que se llevarán a cabo en cada rubro de gasto, mismos que serán plasmados en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2016.

El apretón, pues, está a la vista y anunciado desde antes para no generar sorpresas ni suspicacias.

Crisis griega, lo que el viento a Juárez

En los últimos días el nerviosismo en los mercados financieros del país ha estado demasiado álgido, con elevados niveles de especulación, más allá de lo que suele verse casi a diario. La cotización del dólar, por encima de los 16 pesos y las constantes caídas en la Bolsa Mexicana de Valores es reflejo de que la crisis financiera en Grecia está metiendo ruido.

Sin embargo, las explicaciones sobre la posibilidad de que en México se enfrente con relativa calma y éxito ese periodo ajeno a nosotros han sido abundantes por parte tanto del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, como del propio presidente Enrique Peña Nieto.

La razón fundamental del argumento y la confianza de las autoridades financieras y del mandatario de que la crisis griega le hará a México lo que el viento a Juárez, es el exceso de reservas monetarias y las líneas de crédito que tiene con los organismos financieros internacionales.

No obstante ello, los inversionistas tanto locales como extranjeros parece que no entienden de razones ni argumentos y están necios en aplicar su lógica, o sea la especulación en contra del peso y venta masiva de acciones en la Bolsa, en busca de la máxima ganancia en esta enésima etapa de incertidumbre financiera.

Sofomes AMFE, prevención de lavado

La totalidad las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes) integrantes de la Asociación Mexicana de Entidades Financieras Especializadas (AMFE), obtuvieron ya el Dictamen Técnico en materia de lavado de dinero por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), establecido en las disposiciones emanadas de la Reforma Financiera.

Con ello renovarán su registro ante la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) antes del 4 de julio, tal y como se estipuló en la Reforma. 

Para obtener el dictamen técnico, se realizaron diversos talleres y cursos de capacitación para directivos y ejecutivos de las instituciones crediticias, con el apoyo de la CNBV y la CONDUSEF, además de haber colaborado con estas autoridades y su cabeza de sector, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en la conformación de un marco regulatorio acorde al sector.

AMFE cuenta con una trayectoria de 21 años en el sector crediticio, la segunda en importancia, después de la Asociación de Bancos de México (ABM). Agrupa a las entidades no bancarias de más sólidas del país que operan a través de 1,538 oficinas distribuidas en toda la República Mexicana.

Se desempeña en el otorgamiento de crédito especializado en diferentes sectores productivos como: Empresarial, Hipotecario, Automotriz, Agropecuario, Créditos Personales, Consumo, Microcréditos, Arrendamiento y Educación.

Al mes de marzo de 2015, los activos de sus asociados incluyendo el mercado de deuda, suman un total de 226 mil 413 millones de pesos, que representa el 1.3% del Producto Interno Bruto. El capital contable asciende a 37 mil 230 millones de pesos y la cartera total se sitúa en 167 mil 354 millones de pesos.

Recupera auge el sector de la construcción

Con cifras desestacionalizadas del Inegi, en abril de 2015 el valor real de la producción en la industria de la construcción reportó un crecimiento anual de 1.3%, su décimo incremento anual consecutivo y el mayor para un mes semejante desde 2012. 

Esto, debido al crecimiento reportado por obras relacionadas con edificación (+8.8%, el mayor de los últimos cuatro meses), electricidad y comunicaciones (+3.8%), y petróleo y petroquímica (+0.8%). 

En su comparación mensual mostró una ligera disminución de -0.4% ante el descenso real mensual reportado por obras relacionadas con agua, riego y saneamiento (-6.5%) y transporte (-2.6%). 

Con datos originales, el valor de la producción en la industria de la construcción aumentó 1.6% real anual en el cuarto mes del año. 

Esto implicó el décimo incremento anual consecutivo y el mayor para un mes semejante desde 2012, ante el crecimiento mostrado por obras relacionadas con edificación (+8.5%), electricidad y comunicaciones (+4%), y petróleo y petroquímica (+1.9%). 

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*Periodista. Director de la Revista HábitatMx